lunes, 25 de agosto de 2008

Casi Siempre Casi Nunca

Casi siempre llueve sobre mojado en las alturas de los desposeídos
Casi siempre la sequía se prolonga en nuestras gargantas de altura
Casi siempre somos los números de la pobreza del Perú
Casi siempre nuestras panzas son abultadas sin haber comido

Casi nunca nos llegan las letras ofrecidas para el alfabeto
Casi nunca nuestra ancestral sapiencia es conocimiento en la ciencia
Casi nunca nuestra salud toca la puerta de los ministerios
Casi nunca las carreteras llegan a nuestro destino

Casi siempre llegamos tarde al reparto
Casi siempre nuestros derechos nos desconocen en nuestra propia cara
Casi siempre la equidad nos mira de reojo
Casi siempre la verdad se nos pierde en la justicia

Casi nunca tenemos propiedad para que pasen por sobre nuestro cadáver
Casi nunca nuestros predios tienen derecho al agua
Casi nunca tenemos derecho a la utilidad en la inutilidad de los números
Casi nunca nuestras esqueléticas vacas dan leche

Casi siempre las vacas de nuestra propiedad dan pena
Casi siempre amanece a oscuras nuestro futuro incierto en la montaña
Casi siempre nuestros gritos de auxilio llegan a oídos sordos
Casi siempre nuestras almas se van sin abrigo y sin responso

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