Agua, conflicto y participación
«Fuera Ica: las aguas son nuestras», «Choclococha es de Huancavelica, fuera PETACC[1]». Frases como estas fueron pronunciadas y hasta pintadas en las paredes de Huancavelica años atrás, para reanimar el sentimiento localista del poblador de esa región. Se quería poner en tela de juicio la decisión del gobierno del presidente Toledo, plasmada en el DS 021-2003, que aprobaba la transferencia del PETACC –gestionado hasta entonces por el Instituto Nacional de Desarrollo (INADE)– al gobierno regional de Ica, en el 2003, cuando ya se hacía evidente el auge agroexportador de la referida región.
Si entonces, cuando el gobierno regional de Huancavelica era presidido por Salvador Espinoza Huarocc, se hubiera tomado conciencia de la importancia de la transferencia de este megaproyecto a favor de las regiones, tal vez se hubiera logrado formular una cogestión responsable entre Ica y Huancavelica y sentar las bases para un manejo integral de la cuenca. Esto no sucedió y con ello Huancavelica perdió una importante oportunidad para reivindicar su derecho a la administración compartida del PETACC.
Aún así, el peso político que ostenta Ica siguió manifestándose, hasta que la construcción del colector Ingahuasi, como parte de las ampliaciones del Sistema Choclococha, sirvió de detonante para que las comunidades del distrito de Pilpichaca –especialmente, Carhuancho– reaccionaran y dieran la voz de alerta al resto de los huancavelicanos sobre el uso inequitativo que está dándose a los recursos hídricos del área occidental de la región.
La defensa a favor de las comunidades de Huancavelica fue asumida por la Mesa Técnica de Gestión del Agua, el Foro del Agua y otras organizaciones populares. Sin embargo, la iniciativa de la sociedad no ha tenido correspondencia en las autoridades regionales. Como señala Humberto Lizana, de CEPES, los gobiernos regionales de Huancavelica e Ica, sólo se han limitado a postergar su rol de gestores. Pese a ello, luego de tres años de conflicto intenso, en los últimos meses ha comenzado a reorientarse el problema, gracias a la demanda planteada por la comunidad de Carhuancho ante el Tribunal Latinoamericano del Agua (TLA), que emitió importantes recomendaciones al Estado peruano, al Gobierno Regional de Ica y al propio PETACC. Dicho organismo exige que se respeten los derechos legítimos respecto al territorio de las comunidades involucradas, la autonomía en la determinación para el uso de los recursos naturales y el manejo racional e integral de todas las cuencas compartidas.
De este modo, la resolución del TLA es un buen precedente para situaciones similares a la descrita. Los beneficios de la inversión pública o privada no pueden colisionar con los derechos de los dueños de las tierras y los territorios. Pero, ¿son suficientes las recomendaciones del TLA? Según Lizana, el problema persiste bajo otro contexto.
La puesta en marcha del Proyecto de Modernización de la Gestión de los Recursos Hídricos (PMGRH), por parte de la recientemente creada Autoridad Nacional del Agua (ANA), así como las negociaciones entabladas por las comisiones de Ica y Huancavelica sobre el manejo integral de la Cuenca del Río Ica, muestran la existencia de una clara voluntad privatizadora sobre el sistema Choclococha y, por lo mismo, la pérdida de cualquier posibilidad de cogestión de los recursos hídricos.
En situaciones, donde hay un alto interés de construir el proceso de descentralización, no se puede desperdiciar acciones importantes como la negociación justa por el manejo de cuencas de manera integral entre Ica y Huancavelica, porque si se pretende regionalizar de buena manera al país, sólo proyectos integradores o que establezcan facultades horizontales en el manejo de recursos y proyectos entre pueblos colindantes, dará mayor valía a las futuras integraciones.
Esto significa que el tema del agua debe servir a Huancavelica como instrumento de negociación en la mirada de construir una región colindante o de aproximación hacia una región económica y política mucho más consolidada. Es momento de repensar, entonces, la agenda del agua entre Ica y Huancavelica sin perder de vista el proceso de descentralización, y para eso habría que incidir en la agenda de las Juntas de Coordinación Interregional donde participan Ica y Huancavelica para poder generar más razones y poderes de negociación inclusiva y justa.
desco Opina - Regional / 5 de octubre 2008
[1] Proyecto Especial Tambo Ccaracocha
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